Desde la introducción de la convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño en 1989, la figura de los niños en la sociedad ha experimentado una transformación. La nueva perspectiva se dirige a los niños como sujetos activos que tienen una opinión y un papel específico en la sociedad y no como meros objetos que necesitan ser protegidos. Partiendo de esto, decidí analizar una serie de un libro de texto colombiano de inglés como lengua extranjera para estudiantes de primaria producido por una editorial local desde una perspectiva crítica de análisis del discurso (Van Dijk, 1993) para describir la forma en que se representa a los niños e identificar las estrategias discursivas relacionadas con los niños como sujetos de derechos presentadas por los libros de texto. Decidí llevar a cabo este estudio porque algunas estadísticas y conclusiones mostradas por fuentes como UNICEF (2010) y los registros del periódico local El Tiempo sobre la situación de la infancia en Colombia mostraban que l@s niñ@s estaban siendo silenciados, discriminados y explotados por los miembros de la sociedad y las prácticas sociales como tal. Este panorama en términos de derechos requería entonces investigación sobre la forma en que la educación aborda a l@s niñ@s y cómo las prácticas educativas pueden estar apoyando la nueva concepción de la infancia desde una perspectiva de derechos. Después de analizar los libros, llegué a la conclusión de que los niños se representaban esencialmente como sujetos con algunos valores, derechos y deberes, pero que vivían en una sociedad monocultural y homogenizada. Determiné eso porque, con base en las actividades propuestas y las imágenes utilizadas, los libros de texto ofrecen oportunidades limitadas para que los niños se vean a sí mismos como participantes activos en los procesos sociales. Para apoyar esta representación de los niños, encontré principalmente tres estrategias discursivas relaciona- das con el género y la raza, la agencia de los niños y los sistemas de valores. En primer lugar, la equidad y la diversidad desde una perspectiva de género y raza se promulgan en los libros; sin embargo, se necesita una escuela más diversa que incluya minorías étnicas, niños indígenas o padres jóvenes don- de los niños puedan evitar perpetuar un discurso de homogenización (Soler, 2006). En segundo lugar, el discurso de los niños como sujetos de derechos los reconoce como sujetos activos de su propio proceso de desarrollo, esto significa que son totalmente capaces de desarrollar su conocimiento como ciudadanos activos (Pineda et al., 2009), aunque las actividades propuestas por el libro ofrecen oportunidades limitadas para que los estudiantes participen e interactúen más allá del intercambio de información. En tercer lugar, a través de secciones con historias cortas, la serie incluye temas transversales donde se examinan algunos derechos y valores. Este aspecto contribuye a la educación en derechos humanos y ciudadana en la que los niños pueden ser conscientes de su condición de sujetos activos con derechos y deberes como ciudadanos.