Tomamos como punto de partida el escenario general de la comprensión del campo planteado por J. Huergo y Ana Belén Fernández, como aquel que emerge, se constituye topográficamente, de la tensión de las tradiciones hegemónicas asociadas a un proyecto de escolarización de la sociedad (que desborda la escuela) que tiene la intención de producir el sujeto moderno y conformar una subjetividad constituida por una ética y una estética acordes con el modo de producción capitalista y, por otro lado, un conjunto de trayectorias y prácticas de resistencia que operan de manera residual desde una especie de “teoría muda”, y cuya mejor expresión se da en las prácticas de lo que pudiéramos llamar educaciones y pedagogías otras.
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Redes Sociales DIE-UD