El aprendizaje de una lengua es un proceso que va más allá de la dimensión cognitiva de una persona; este implica la construcción de una nueva identidad, formada por la reproducción de ideas y discursos y las actitudes frente al mundo que la rodea (Nielsen y Davies, 2008). Los estudiantes que pertenecen a la Licenciatura en Lenguas Modernas de la Universidad Javeriana están formando una doble identidad: como aprendientes de una lengua y como profesores de la misma.

Esta investigación se enfoca en las experiencias de profesores en formación relacionadas con prácticas discursivas dentro del aula de L2 que tienen que ver con identidad de género y orientación sexual, más específicamente, la reproducción de discursos que pueden ser considerados violentos u opresivos. En otras palabras, estas son prácticas discursivas heterosexistas, que perpetúan ideas derivadas de la tesis de que solamente hay dos identidades de género: la masculina y la femenina, que son complementarias entre sí y que por esta razón deben cumplir roles sociales específicos (Fonseca y Quintero, 2009). Esto, a su vez, invalida otras las otras identidades y los roles de género existentes. (...)