Este capítulo se ocupa de la problemática del “campo Comunicación-Educación”, a partir de una reflexión sobre el sentido mismo del término, esto es, las dimensiones e implicaciones de tipo conceptual, académico y político, que conlleva la apropiación y uso del término desde diversas circunstancias e interpretaciones. Para ello, se acude a la elaboración de una síntesis histórica del mismo considerado a partir de los conceptos que lo integran, la comunicación y la educación, cuya relevancia y protagonismo cobran vigencia durante el siglo XX en función de las particularidades de dicho periodo. Al realizar ese tipo de acercamiento, se advierten los matices ideológicos y epistemológicos que lo recorren, especialmente en lo que concierne al modo como se leen, analizan e interpretan, cuestiones centrales al mismo: lo popular en el sentido fuerte del término y la relevancia de ese aspecto para pensar y asumir teórica y prácticamente la realidad del campo. Igualmente, su potencial como lugar privilegiado para explorar el mundo circundante, antetodo lo que concierne al presente, a la conflictividad social y política derivada de la globalización y los procesos de resistencia que se libran frente a su ímpetu homogenizador; ¿desde dónde, cómo y con qué estrategia poder asegurar una amplia participación política que contribuya de modo eficaz al afianzamiento de una auténtica democracia social, incluyente y equitativa, garante de la identidad en y desde la diversidad? Es obvio que, en conexión con estos aspectos, se desprende una especie de balance del campo, un examen crítico y propositivo, para pensar su situación actual y las perspectivas de mediano y largo alcance en su gestión.
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Redes Sociales DIE-UD