El joven al hacer parte del contexto escolar y de las "subculturas" o grupos juveniles presentes al interior de la escuela y en sus alrededores o contexto escolar, puede constituirse en un sujeto - o mecanismo dinamizador- de las políticas públicas en educación y constructor de ciudadanía, participando desde su condición de sujeto político y social en el ámbito escolar. Esto se hace posible desde su abordaje en las ciencias sociales, la investigación social y los estudios sociales, permitiendo la recopilación de los elementos sociológicos, antropológicos, políticos, etc. necesarios para indagar acerca de la participación del joven como sujeto social de derechos y deberes en el contexto escolar y la manera como desde su condición de joven, se identifica cotidianamente dentro del campo educativo y ciudadano que lo definen y desde donde interactúa a través de diversas formas de expresión que lo vinculan en el ámbito social, político y participativo; permitiéndole generar identidad y cohesión social con la escuela y el entorno social.
El problema planteado es en sí una realidad social histórica que se ha ido haciendo más reiterativa y evidente en la sociedad contemporánea; donde los jóvenes, definitivamente ya no quieren ser actores políticos, participativos y empoderados frente a la vida política, económica, social y cultural del país y el mundo. Esto se hace palpable cuando ya ni siquiera desean tener hijos, porque es para ellos una responsabilidad que no están dispuestos a asumir; pues sus intereses giran en torno a una vida más bien “egoísta” y relajada que “altruista” y con muchas dificultades que les motive a “pensar” en posibles soluciones, donde expresen su creatividad y liderazgo como parte del cambio social.
Los jóvenes en la sociedad actual, consideran que ya no es posible un cambio, cuando ven que los “líderes” que gobiernan el país y el mundo "hacen de las suyas" y no sucede nada frente a sus conductas corruptas, mientras diversos sectores de la sociedad se ven afectados por estas decisiones personales más no en bien de la sociedad y de los más vulnerables. Esto hace que los jóvenes se vuelvan pasivos y se refugien en otras formas de supervivencia; por ejemplo, las redes sociales y lo que allí les ofrecen "¿desinformación?"; las tecnologías en información y comunicación presentes en nuevas formas de trabajo y comunicación "teletrabajo"; los movimientos animalistas, tendencias de vida como hacerse vegano, la soltería, la adopción de animales, los gimnasios, el spa, etc., como una forma de superar la crisis de sí mismo y del mundo globalizado y sin sentido en el que viven, según lo manifiestan. Son jóvenes más vulnerables a la crítica, a la frustración y al fracaso, lo que los hace ansioso-depresivos y con tendencias suicidas, más no seres racionales en la búsqueda de soluciones para el cambio.
Redes Sociales DIE-UD