En este artículo se presenta el concepto de frontera geográfica y cultural como una analogía para construir una perspectiva diferente sobre un hecho histórico y su principal contribución a los orígenes de la química como una de las ciencias de la naturaleza. Está pensado a partir del origen del modelo del flogisto y de las razones que los químicos ingleses y alemanes tuvieron que admitir y aceptar durante el siglo XVIII. También se demostró que la propuesta de G. E. Stahl era una construcción conceptual y metodológica, que no puede ser abandonada por la «entelequia» simple para el oxígeno. Se ha hecho un análisis de la obra de A. L. Lavoisier con el fin de discutir la categoría de «revolución científica» de T. S. Kuhn, y se concluye que este paso no se puede asumir desde la perspectiva mencionada.
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