Actuar político de mujeres como devenir social de ciudadanía y democracia

Es indiscutible que el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género son condiciones necesarias para los procesos de construcción de paz y desarrollo sostenible. Si bien sobre ello aún no se tienen los resultados esperados, se espera que la visibilidad de estas metas en una agenda de acuerdo global comprometa el trazo programático para su aproximación.

La presente investigación se orienta a interpelar las estructuras bio-geográficas que anteceden al empoderamiento de mujeres, en contextos de alta vulnerabilidad social y el devenir del mismo, en un ejercicio de ciudadanía productora de formas de democratización que alteran la cotidianidad social de los contextos y figuran una agenda colectiva que impacta en las estructuras de pensamiento y acción de sus integrantes.

El hecho de que estas formas de ciudadanía y democracia se instalen en contextos reconocidos al margen de la urbe, reduce las posibilidades de que se reconozca su potencial en términos de producción de subjetividades políticas y modelos alternativos para la formación ciudadana, convivencia y paz.

¿Qué antecede y sucede al empoderamiento?

La reparación subjetiva al daño que la violencia produce en las expresiones de ser y hacer de las mujeres, deviene en un actuar político que reconfigura la cotidianidad social de las comunidades. Se fundan necesariamente unas narrativas sobre la ética y la moral a partir de las cuales emergen otras ciudadanías y órdenes democratizadores en los que la representación y la representatividad se inscriben en procesos de educación no formal, liderados por las mujeres, con una lógica de inclusión pero con unos efectos aún no determinados, sobre la prolongación del cuidado y la producción de nuevos sujetos políticos. Sin embargo, el principio de localización del actuar político reconoce los límites justamente en las relaciones de exclusión de los contextos en los que se lleva a cabo y que remiten a un lugar de confinamiento social en los que se perpetúa la invisibilización de los saberes constituidos sobre ciudadanía y democracia; sobre formación de sujetos políticos y su impacto en la construcción de paz y convivencia.

Un compromiso con el empoderamiento de las mujeres debería considerar el reconocimiento y la legitimidad de tales saberes que se producen y sus efectos sobre las y los sujetos sociales, las relaciones con el espacio en equilibrio con el ambiente y la construcción de paz. Aproximarse a una pedagogía que aborde los principios de la igualdad y la emergencia de las diferencias y las diversidades.