La infancia, la comunicación y la educación han sido protagonistas en las agendas de la política pública durante las dos últimas décadas en la mayoría de países del mundo. También han sido objetos de estudio centrales en disciplinas como la sociología, la psicología, la antropología y la pedagogía. Recientemente han sido incorporados a campos de investigación de carácter interdisciplinario como los estudios culturales, los estudios de la comunicación, los estudios sobre la infancia y las neurociencias. Finalmente, tanto entidades del Estado como organismos multilaterales y corporaciones transnacionales, motivados por distintos intereses, han expresado que los tres, si son estimulados y potencializados, podrán favorecer el desarrollo y el progreso de las sociedades. Esta mirada preliminar permite evidenciar que existe una preocupación creciente por estos temas y sus transformaciones. Asimismo, se puede deducir que hacen parte de un núcleo de inquietudes fundamentales en torno a la capacidad de las instituciones y la sociedad civil para responder a las nuevas expresiones de los sujetos en el ámbito cultural. Frente a estos desafíos y las posibles relaciones entre los tres conceptos, surgen frecuentemente dos posiciones: sorpresa ante la novedad o preocupación ante la crisis. En relación con la novedad, se puede observar que nunca antes como en la últimas dos décadas se había imaginado futuro tan promisorio, gracias a las nuevas formas de comunicación y las tecnologías digitales. Se presupone que en este nuevo entorno comunicacional - tecnológico, los niños, niñas y jóvenes, convertidos ahora en nativos digitales, podrán enfrentar los desafíos de la sociedad del conocimiento. En el lado opuesto, quienes se ubican en el ángulo de la crisis, toman estas expresiones emergentes como nocivas y empobrecedoras: su efecto inminente es la pérdida de valores.
Infancias, Comunicación y Educación: Análisis de sus mutaciones
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Redes Sociales DIE-UD