La formación de profesores puede verse limitada por los logros y objetivos impuestos por el sistema, en el que se ha establecido el « deber ser » del profesor, muchas veces ajeno a su iniciativa de reflexión intelectual y social. Esto puede restringir la construcción de una identidad profesional docente por la carencia de oportunidades de reflexión y de reconocimiento en la profesión misma. Esta carencia se deriva en debilidad y vulnerabilidad de la profesión, amenazada por eventos de carácter social, cultural, político y económico. Estas amenazas se traducen en comportamientos de los profesores, como desidia en su ejercicio, desencanto en cuanto a sus logros, pugnas e inconformidad con las instituciones, con la comunidad educativa, con sus propios colegas y consigo mismos; lo que conduce al menosprecio de su prestigio profesional y a la deserción. Estas actitudes, manifiestas por los docentes, conllevan a conductas que están significando algo, y estas definen las características de un grupo social (García, 2004). Por tal razón, se requiere discutir lo que se va a entender por cultura, y en particular la cultura de los profesores, con sus correspondientes características, por cuanto estas serán un punto de partida para hablar de identidad.
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Redes Sociales DIE-UD