El conflicto armado como fenómeno de larga duración en Colombia ha impactado la vida escolar; sin embargo, estos daños han sido escasamente reconocidos y estudiados. La firma del acuerdo de paz (2016) permitió entrar a territorios sostenidamente afectados y conocer, en narrativas de maestros, el lugar que han tenido las emociones para insta- lar la crueldad humana, pero también, para promover resistencias (¿qué se hace con las emociones?). Para la construcción de este artículo resultado de investigación, se empleó un enfoque cualitativo con el fin de comprender los modos de circulación, distribución y reproducción de las emociones hostiles y proclives para la construcción de paz. Entre los hallazgos, se encontró que el miedo y el odio se emplean para subordinar e instalar dinámicas de guerra. Por su parte, la indignación y el amor activaron la puesta en marcha de acciones pedagógicas que contribuyen a la construcción de paz desde las aulas.
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