Sin lugar a dudas, buena parte del trabajo científico implica la construcción, calibración, estandarización y uso de instrumentos de diferente índole. Tampoco es cuestionable que esos procesos se han dado en un devenir histórico, es decir que los instrumentos que actualmente hacen parte de indagaciones científicas no son los mismos que los científicos de antaño usaron en sus propios estudios. Sin embargo, los aparatos de los que hoy dispone la ciencia no se hubieran desarrollado si en el pasado no se hubieran puesto a punto artefactos que les sirvieron como base de construcción. Ciertamente, este tema tiene que ver con las relaciones entre ciencia y tecnología, sobre la cual esperamos plantear algunas discusiones.

Ante el panorama anterior, sería obvio suponer que los instrumentos científicos son un recurso fundamental a la hora de enseñar ciencias en los diferentes niveles educativos. En todo caso, es problemático que su papel en la educación en ciencias no ha dejado de ser, en la mejor de las situaciones, un asunto de aprender cómo son y cómo funcionan las partes de los instrumentos, dibujarlas y observar cómo un “experto” hace funcionar dichos aparatos. En raras ocasiones el estudiante realmente tiene la oportunidad de interactuar libremente con este tipo de artefactos. Creemos que, en particular, en la formación de profesores de ciencias, si bien hay un trabajo amplio en lo que implica la manipulación de instrumentos, no hay espacio (o no el suficiente) para poder reflexionar desde la historia y la filosofía de la ciencia, cómo es que esos instrumentos se diseñaron, fabricaron, estandarizaron, etc., en especial en lo que atañe al abordaje de problemas concretos que ellos ayudarían a solucionar y/o complejizar.

Es por ello que en este seminario pretendemos complementar el uso de algunos instrumentos científicos con una reflexión desde la historia, la filosofía y la didáctica de las ciencias.