Tradicionalmente se ha analizado la situación de la “madre adolescente” en relación con el embarazo precoz; este concepto refleja el interés casi excluyente en la madre, así como la deformación de la situación vital de una persona adolescente, cuya vida se empieza a hacer girar en torno a la maternidad, en detrimento de la autorrealización en todas las demás áreas de su campo vital. En el presente caso se hará énfasis, por el contrario, en “la adolescente madre o el adolescente padre” que integran una familia gestante precoz, para resaltar ante todo el carácter de la etapa evolutiva de la persona, en medio de la cual surge una situación de maternidad-paternidad que no debe enmascarar y conducir al descuido de los demás intereses propios de ese momento del ciclo vital.

La maternidad-paternidad en la adolescencia, aunque constituye un acontecimiento trascendental para la persona y para la sociedad, no supone el olvido de un conjunto de derechos y de deberes que trascienden al campo de la salud sexual y reproductiva, para abarcar todo el campo de la vida en familia, de una manera global y no en referencia exclusiva a la sexualidad, extendiéndose también a la educación, el trabajo, la recreación, la salud, el desarrollo de la personalidad y otros campos que, igualmente, son materia para el ejercicio de los derechos y para la realización del potencial humano. Por eso preferimos hacer referencia a la “adolescente madre” y no a la “madre adolescente” como miembro de una familia gestante precoz, con el fin de descentrar el análisis que enfoca a la maternidad exclusivamente, y para colocar a ésta en el contexto más amplio de un conjunto de situaciones vitales cuya inclusión y comprensión puede facilitar el ejercicio íntegro e integral de la maternidad-paternidad.