Directivas de la Universidad se pronuncian por los disturbios presentados en la sede de la Macarena A

El Doctorado Interinstitucional en Educación se un a los pronunciamientos de las directivas de la universidad Distrital Francisco José de caldas que rechazan los actos violentos que acompañaron las protestas estudiantiles en contra de la reforma a la ley 30  y como esta afecta la independencia y financiación de la educación superior.

Fotografía tomada del blog laUD Fotografía tomada de la pagina web del espectador

Con respecto a los pronunciamientos de las directivas de la universidad el Doctorado Interinstitucinal en Educación quiere compartir con nuestros visitantes los comunicados expedidos por el Concejo Superior Universitario y el Rector de la Universidad Distrital el Dr. Inocencio Bahamon Calderon

Comunicado CSU

El Consejo Superior Universitario de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, declara que los espacios de la universidad son campos de libertad donde rige la libre expresión y el legítimo derecho de reunirse en asamblea con el fin de lograr, a través del diálogo respetuoso e incluyente, la construcción de un ethos universitario fundamentado en la tolerancia y en el reconocimiento de la diversidad.

La protesta contra el proyecto de reforma a la Ley 30 de 1992 que en los próximos días presentará el Ministerio de Educación a consideración del Congreso de la República, y en particular la protesta contra el creciente déficit presupuestal de las universidades públicas, no puede servir de escenario para que fuerzas no universitarias desplacen la capacidad de cuestionamiento crítico de los universitarios y conviertan ese espacio sagrado de libertad y creación que es el campus universitario, en un espacio más de guerra al servicio de los actores armados del conflicto.

De la misma forma, no puede aceptar que los estudiantes de la universidad, que gozan de todas las garantías, toleren que agentes externos a ella se adjudiquen el derecho de reclamar por lo que subjetivamente puede interpretarse como indiferencia de los directivos de la universidad frente a las condiciones de la infraestructura física de las sedes.

Tampoco puede dejar pasar por alto que existen intereses económicos encriptados entre la comunidad que los tolera y que están relacionados con el microtráfico de drogas y alcohol, que ha victimizado a una parte de ésta.

El ruido ensordecedor de los petos, de las papas-bomba, de los gases lacrimógenos y de las bombas de aturdimiento, no puede reemplazar la libre circulación de las ideas, la controversia libre y la deliberación pública a cara descubierta que caracteriza a la universidad.

La Universidad no es, no puede ser, escenario de confrontaciones bélicas; la principal fuerza de la universidad es la argumentación, esa es su única arma.

Quienes no son universitarios no pueden convertir la legítima protesta estudiantil en un acto de guerra permanente que pone en riesgo la vida de los miembros de la comunidad y la existencia misma de la institución; la universidad no debe, no puede convertirse en una víctima más del conflicto armado, ni mucho .menos en instrumento de éste.

Consecuente con el pensamiento expresado, el Consejo Superior Universitario rechaza cualquier tipo de expresión violenta que sustituya la capacidad de argumentación de los universitarios y por ello repudia los actos de vandalismo cometidos no solo contra la precaria infraestructura física de la sede de la Macarena A y su entorno barrial y social, sino contra la misma comunidad académica, actos con los que se ha sustituido la majestad del dialogo universitario inteligente y franco que conduce a soluciones concretas, precisas y específicas, por el miedo y por la intimidación.

En razón a lo expuesto, se convoca a estudiantes y profesores para que en el marco de la libre expresión, propio de la universidad, discutan y propongan alternativas de reforma a la Ley 30 de 1992 y opciones que mejoren la financiación de la universidad pública, y por ende su infraestructura física y tecnológica, uno de los fundamentos de la calidad, las cuales puedan ser presentadas al Congreso de la República como aporte de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas a! debate nacional sobre estos temas prioritarios.

El Consejo Superior Universitario ofrece entrar en sesión permanente durante los cuatro(4) días hábiles de la semana del 18 al 21 de octubre de 2011, con el fin de recibir sendas delegaciones de cada una de las sedes universitarias, integradas por un máximo de cinco (5) miembros de la comunidad. Las diferentes propuestas de reforma a la Ley 30 de 1992 podrán ser remitidas con antelación a dicha sesión, a través de la Secretaría General.

Así mismo, el Consejo Superior Universitario demanda de la comunidad que rodee a los funcionarios, docentes y estudiantes que han sido amenazados no solo en su integridad sino en su propia vida con motes que no corresponden a la realidad, ni a su compromiso con la institución.

Por último, informa que ha solicitado a las directivas de la universidad la pronta restitución del mobiliario dañado y la recuperación de las áreas afectadas en la sede de la Macarena A.

Comunicado del Rector Inocencio Bahamón Calderón

La construcción de Universidad implica el respeto por los derechos individuales y el reconocimiento de las diferencias de quienes hacemos parte de la comunidad universitaria, de tal forma que sea posible la consolidación de un imaginario llamado Universidad Pública.

En este proceso, se pueden generar enfrentamientos entre los miembros de la comunidad por el afán por construir Universidad, en donde las diferencias se sobreponen a la razón y no es posible escuchar y crear canales de comunicación para la solución de problemas, al igual como ocurre en el contexto nacional.

Sin embargo, la Universidad Distrital definida como espacio abierto para el debate y el respeto por las diferencias debe ser ejemplo para él país y demostrar que la mejor opción para superar las diferencias no son el conflicto o las disputas sino el diálogo y la consolidación de canales de comunicación.

Por lo anterior invito a los directivos, funcionarios, docentes, estudiantes, empleados públicos, contratistas y, en general a toda la comunidad universitaria, a que acojan el diálogo y el respeto por los demás como la única opción para la construcción de la Universidad. Más aún, en un periodo álgido para la educación superior, dado que se está discutiendo la Reforma a la Ley 30 de 1992 y, por tanto, es indispensable que dentro de las diferencias haya unidad sobre lo que significa la Universidad como un elemento esencial para la formación de ciudadanía.

Por una Comunidad Universitaria unida y plural.