E l concepto de buen ciudadano, entendido como el seguimiento de reglas de civilidad relacionadas con los comportamientos, las costumbres y el trato entre las personas, se introduce en la educación colombiana y latinoamericana en el periodo comprendido entre 1812 y 1874. De este concepto de ciudadano centrado en los deberes morales del hombre, transitamos en el periodo que va desde la década de 1960 hasta la de 1980 hacia una formación cívica centrada en el estudio de los mecanismos de las instituciones políticas. No obstante, fue la renovación curricular planteada en la política educativa de 1984 la que hizo posible que se introdujera la propuesta de una educación cívica entendida como educación en y para la democracia. En ésta se incluían temas relacionados con la paz y la vida social en los cinco primeros años de la formación escolar. Posteriormente, en el periodo de 1985 a 1990, la educación democrática se orientó al estudio de las instituciones políticas, incorporando además, sistemáticamente, los temas de desarrollo de la conciencia moral y la defensa de los derechos humanos.
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